martes, 16 de noviembre de 2010

LAS ARMAS DEL NARCOTRAFICO

EEL90 por ciento de las armas que utiliza el narcotráfico en México provienen de Estados Unidos, el otro 10 por ciento ingresa por Centroamérica. El gobierno de ese país reconoce que cada día cruzan por la frontera común dos mil armas, esto es, 730 mil al año. El flujo es permanente y en los últimos años se ha incrementado.
Los carteles mexicanos tienen acceso al mercado de armas más grande y menos regulado del mundo a través de los tres mil 200 kilómetros de frontera compartida con Estados Unidos. Las rutas más utilizadas, son: San Isidro-Tijuana; Calexico-Mexicali; Yuma-San Luis Río Colorado; Nogales-Nogales; El Paso-Ciudad Juárez; Del Río-Ciudad Acuña; Eagle Pass-Piedras Negras; Laredo-Nuevo Laredo; Roma-Ciudad Miguel Alemán; Hidalgo-Reynosa y Brownsville-Matamoros.
De estos 11 puntos fronterizos, cuatro en el Pacífico y siete en el Golfo, las armas se distribuyen a los estados donde el narcotráfico tiene mayor presencia. El 80 por ciento son de fabricación estadounidense y el 20 por ciento de origen europeo. Las autoridades de Estados Unidos reconocen que en las armerías de su país “sin mayor requisito, se vende el arsenal más moderno”.
El modus operandi del narcotráfico para adquirir las armas es conocido por las autoridades estadounidenses. Se reclutan ciudadanos de ese país que compran en las armerías, como lo hace cualquier persona, para luego entregarlas a los narcotraficantes o ellos mismos introducirlas a México. En la gran mayoría de los casos, esto también se sabe, el vendedor conoce o sospecha que el comprador es un prestanombres de los narcotraficantes, pero aun así le vende.
El gobierno de Estados Unidos, en los hechos, más allá de las declaraciones, no está interesado, le resulta muy costoso y complicado en razón de su política interior, en frenar el contrabando. Sólo destinan 125 agentes e investigadores a vigilar el tráfico de armas, mientras que más de 25 mil elementos de la Patrulla Fronteriza intentan evitar el ingreso de los indocumentados. Las prioridades son muy claras.
En los estados del sur de Estados Unidos, los limítrofes con México, existen más de cien mil comercios que venden armas, de los cuales 12 mil son armerías formales. A eso se añaden las ferias Gun Show que se instalan los fines de semana en muchas ciudades. Aquí también prestanombres, al servicio de los carteles, compran armas a pedido. Las leyes, pero también las autoridades de Estados Unidos, son muy permisivas en este tema.
En mayo del año pasado, por ejemplo, George Inkadosian, un reconocido proveedor de los carteles mexicanos al que se le comprobó que les había vendido 200 fusiles de asalto AK-47, logró su liberación en Phoenix, Arizona, mediante una fianza de 75 mil dólares. El agente especial, William Newell, quien detuvo a Inkadosian, asume que las armas empleadas por los carteles mexicanos son adquiridas en su país.
Las autoridades de Estados Unidos reconocen que en las fronteras controladas por ellos sólo se intercepta el 0.18 por ciento de todas las armas que pasan por ellas. Del lado de las aduanas mexicanas las cosas no son mejores. Las autoridades incautaron 27 mil armas de un total de un millón 460 mil que ingresaron entre 2007 y 2008.
Ante estos números, es imposible pensar que sea por falta de capacidad profesional o técnica que el personal de las aduanas de Estados Unidos y de México no detecte los vehículos cargados, entre otras armas, de cohetes antitanques M-72 y AT4, lanzagranadas MGL y lanzacohetes RPG-7. Además de todo tipo de armas convencionales.
Sin la desidia de las autoridades y una estructura de corrupción bien organizada en las aduanas fronterizas de los dos países no sería viable la dimensión del trasiego de armas que tiene lugar todos los días a lo largo del año. Existe también un contrabando hormiga importante, pero éste no explica la introducción de la mayor parte de las armas.
En la medida en que las autoridades privilegian la estrategia punitiva en el combate al narcotráfico, sobre la de salud pública, obliga, aunque no lo quieran, a que los narcotraficantes destinen recursos, no importa cuántos, para dotarse del poder de fuego que les permita hacerles frente. Los niveles de enfrentamiento crecen y con ellos la violencia. Es, sin duda, un problema complejo y de difícil solución.
Posdata: Fernando Savater, el filósofo español, dijo en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en diciembre de 2008, que: “La cruzada irracional, puritana e injustificada contra la droga va a causar la ruina de muchas democracias. El narcotráfico se alimenta de la persecución de la droga” y añadió: “Dudo que países como México, Bolivia o Colombia logren entrar en una oxigenación democrática auténtica mientras tengan esa losa del narcotráfico, la cual vive de quienes están empeñados en convertir en dogma el que toda droga debe perseguirse.” Se puede o no estar de acuerdo con él, pero hay que pensar en lo que dice.

1 comentario:

  1. huyyyy que administradoras pero me hubiera gustado mas si estuvieran sus fotos, pocos seguidores y pocos votantes, en terminos generales bien. NOTA 4.0

    ResponderEliminar